Una vez extraída la piel se debe retirar la carne o grasa
sobresaliente y adherida a
la parte interna por medio de una espátula de madera con
borde fino o
cuidadosamente con cuchillo. Se continúa con el salado de la
parte interior
cuidando de distribuir la sal uniformemente sin que queden
áreas libres y se deja
en reposo durante 4 a 6 horas en un lugar fresco. Se prepara
una salmuera con
1000 litros de agua más 300 kilos de sal común y se le
añaden 3 kilos de un
preservante (por ejemplo ácido bórico) y las pieles se sumergen
allí por espacio de
48 horas dejándolas en un lugar fresco, con lo cual el
material pierde gran parte de
su humedad natural.
Seguidamente se retiran, se dejan escurrir colgadas a la
Seguidamente se retiran, se dejan escurrir colgadas a la
sombra por 3 a 6 horas y se vuelven a salar. Una vez
escurrida y resalada la piel
se procede a enrollarla dejando las escamas hacia adentro y
se almacenan en un
lugar refrigerado colocando una capa de sal entre una y otra
piel, con el fin de
evitar la proliferación de bacterias salinas, las cuales se
evidencian por la aparición
de manchas rojizas dentro de la piel y elevación de la
temperatura.
De esta forma las pieles tratadas están listas para iniciar
el proceso de curtición
que incluye remojo o ablandado, encalado, desencalado,
lavado, curtido al cromo,
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